La Balada de Narayama tiene lugar en una aldea montañosa de Japón. La sociedad está estructurada en clanes familiares y es, básicamente, agrícola y muy rudimentaria. La familia protagonista está formada por Tatsuhei (Ken Ogata), sus dos hijos, su hermano menor y la matriarca del clan, de nombre Orin (Sumiko Sakamoto), de 69 años. A pesar de gozar de una salud de hierro, Orin afronta con preocupación el futuro inmediato, ya que, según la tradición de la aldea, al cumplir los 70 años todos los ancianos deben ser llevados a morir a lo alto del monte Narayama con objeto de dejar paso a las nuevas generaciones,
El abandono de la anciana en lo alto del monte Narayama se consumará con la llegada del invierno. Orin morrirá sola, preocupada exclusivamente por haber dejado todos los cabos atados para que su familia afronte el futuro en las mejores condiciones posibles.
“La balada de Narayama” constituye una muy buena película para reflexionar sobre los estereotipos negativos que se atribuyen a las personas mayores. Se trata, sin lugar a dudas, de un film duro sobre la antropologia de la muerte, al tratar con gran crudeza la realidad cotidiana de unos personajes cuya única razón de ser son una serie de rituales y tradiciones que resultan abominables vistos desde hoy en día.
La película obtuvo la Palma de Oro del 36º Festival de Cine de Cannes.