Roques Blanques, el oasis catalán en el mundo de los cementerios ecológicos

El centro ubicado en Collserola avanza poco a poca hacia un camino que está ya consolidado en el mundo anglosajón

La conciencia de respeto hacia la naturaleza avanza, aunque despacio, también ahora en aquello que concierne a los entierros y la muerte. Sigue intacto el secreto, cesan poco los recelos, pero al menos se vislumbran pequeños indicios que dibujan un gran cambio a largo plazo. Roques Blanques, en el término municipal del Papiol, dentro del Parc Natural de Collserola, lanza des de la vertiente sur de la conurbación de Barcelona, un enfoque ecologista en su práctica diaria, que resulta casi única en Cataluña. Solo el cementerio de Pruelles (Sitges), sigue a su compás en la tarea de pensar la muerte como parte integral del ciclo de la vida, y conmemorar el tránsito hacia ella de manera respetuosa con todo el entorno. Gestionado por el Grupo Àltima, este centro público-privado, dependiente del Consell Comarcal del Baix Llobregat, se fundó en el 84, y después de 6 años (1990), empezó su andadura en la conciencia ecologista, que ha crecido y se ha consolidado a lo largo de la última década. 

Nichos, urnas y ornamentos sostenibles

En el año 2008, Roques Blanques adquirió por vez primera el certificado europeo EMAS (Sistema Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría), un sello voluntario destinado a reconocer a las empresas que adoptan un procedimiento de gestión medioambiental moderno, por el cual se comprometen a seguir con la mejora continuada y a evaluarse periódicamente, realizando auditorías de manera independiente. Una rúbrica de calidad  y de respeto que es la base desde donde este enclave de 50 hectáreas suma y difunde maneras más respetuosas de tratar la muerte e integrarla en el entorno.

El  “Bosc de la Calma” o el “Camí del Bosc”, son emblema de este cambio de mentalidad. Constituyen zonas fundidas en la naturaleza que acogen la inhumación de urnas que contienen las cenizas del difunto. Urnas hechas con los más diversos materiales biodegradables, como pueden ser la sal, la arena o varios tipos de madera, que pasan a ser posteriormente descompuestas y originan un impacto cero sobre el medio. El recordatorio acomodado para el fallecido, pasa progresivamente de la piedra a otros materiales más acordes con el suelo ajardinado, y se promueve, a su lado, la plantación de árboles autóctonos como lo son el alcornoque, el pino blanco o la encina. 

La “Font del Repòs” culmina este trabajo que básicamente contribuye a evitar el abandono de las cajitas que sirven para custodiar cenizas en el medio natural. Ahí los restos del difunto se disipan por el relajado estanque o se diluyen en tan solo 10 minutos mientras una placa conmemora el nombre que tenía en vida. Una urna fabricada mayormente en gelatina tiene más facilidad de derretirse cuando se le aplica agua caliente.

Entre otros entresijos y características, Roques Blanques promociona asimismo el uso de recordatorios naturales, flores que no sean plásticas, y de nichos recubiertos de vegetación, o que por lo menos anden integrados en un todo arquitectónico que ya fue precisamente diseñado para ser afín y fiel con el paisaje.          

Esplendor de biodiversidad

En mayo de 2008, el cementerio suscribió un convenio colaborativo con el ente, el Consorci, que gestiona el Parc de Collserola. A través de dicho acuerdo se ofrecía ya una ayuda para mantener, conservar y difundir las particularidades de este espacio natural. Entre otras actuaciones, se ha venido fomentando desde entonces la presencia e implantación de especies vegetales propias, como lo son los arbustos aromáticos omnipresentes, romero, lavanda o tomillo, sobre todo. Se ha evitado, asimismo, de instalar cercados para frenar la entrada de jabalíes, con el fin de respetar la conectividad de hábitats distintos y dejar intactos los pasos de fauna. Y también se ha incentivado la presencia de algunos taxones que andan en cierto declive, con proyectos colaborativos que persiguen la reintroducción de erizos, de murciélagos o ardillas, mediante la implantación de cajas nido y de refugios en los árboles. 

Unas actuaciones destinadas a biólogos y ambientólogos que proceden meramente del Museu de Ciències Naturals de Granollers, y entre las que cabe destacar también, la disposición de 4 apiarios que fomentan mediante colmenas la alta polinización de las abejas y la producción de miel y cera, con la que posteriormente se elaboran velas que se distribuyen entre los clientes. Las acciones, que buscan multiplicarse progresivamente, cuentan de otra parte con algunos gestos solidarios y absolutamente imprescindibles, como la acogida, cuidado y manutención de un grupo de perros que habían sido abandonados. 

Importante ahorro de energía

El 37% de la flota de automóviles usados en la actividad del centro son ya totalmente eléctricos. Se concibe este progreso como un paso intermedio al uso del hidrógeno, que es una energía totalmente limpia. No es posible, de momento, que este porcentaje sea más alto, por el elevado coste de la transición, y por causa de la imposibilidad e inviabilidad de conducir coches mortuorios en trayectos largos, ya que faltan estaciones de recarga. 

Se medita en la manera de producir la energía requerida mediante paneles o tecnología de transformación fotovoltaica, un modelo que ha de implementarse poco a poco en los siguientes años, y se impulsan estudios periódicos de huella de carbono, para ver las áreas en que puede mejorarse y ser conscientes del ahorro que suponen las medidas ya existentes. Por lo que concierne al agua, se ha adoptado un sistema  controlado por sensores que detectan la humedad del suelo e impiden el funcionamiento de los aspersores si el terreno ya está en buenas condiciones. 

Aminorar el impacto de los hornos crematorios

Àltima, la empresa que gestiona Roques Blanques, nace hace ya 3 siglos de la unión de 3 familias catalanas, y concierne un servicio funerario integrado, que gestiona también tanatorios y hornos crematorios. La incineración representa ahora mismo en Cataluña un 52% de las peticiones como opción ante el entierro y despedida a un ser querido. El gobierno estatal trabaja desde hace meses con las partes implicadas para aprobar un decreto que debiera publicarse sin mucha demora, y que pretende unificar y regular la actividad en este ámbito y disminuir las emisiones resultantes del proceso. De momento y mientras esta norma no se aplica, Roques Blanques, que dispone de un par de instalaciones de este tipo, mira de fortalecer todo este campo, e incorpora ataúdes más acordes, limpia materiales y ornamentos en los cuerpos que pudieran resultar perjudiciales y utiliza filtros que detienen los contaminantes resultantes de la combustión. Unos utensilios que resultan caros, sobre 200.000 euros, y que no salen rentables de momento a los pequeños crematorios catalanes, que concentran de manera escasa su actividad y que consecuentemente gastan energía extra, porque el horno no funciona continuadamente y no mantiene el poder calorífico entre una y otra quemación. Solo 5 centros en el Principado incorporan actualmente filtros descontaminantes.    

La inhumación directa y otras prácticas que ya se dan en países más avanzados en el ámbito como Inglaterra, Australia o Estados Unidos, todavía son aquí un proyecto. A parte de iniciativas en particular, su evolución depende en gran medida y paralelamente de la creación de opciones de certificados ecológicos unificados, y de la incentivación de nuevas normas más estrictas y específicas. 

 

 

ENLACES DE INTERÉS: 

Web de Roques Blanques: 

https://www.parc-roquesblanques.com

Web del Grupo Àltima: 

https://www.altima-sfi.com

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