Cremación ‘low cost’

¿Qué es la cremación directa?

¿Porqué es importante saber que es la cremación directa?

Un funeral, al igual que un nacimiento, es un acto vital y hay que celebrarlo. En un caso nos abrimos a la vida. En el otro dejamos una huella en nuestro entorno y seres queridos. Ellos quieren despedirse o celebrar todo lo bueno que han recibido del fallecido.

En nuestra sociedad hemos confundido la despedida con los trámites legales inherentes a un fallecimiento. El resultado es la sensación de que los servicios funerarios son caros.

Este artículo quiere difundir un nuevo servicio funerario. Lo legalmente establecido queda separado de lo ceremonial, cuando la opción de tratamiento del cuerpo del difunto es la cremación.

Se ofrece especialmente en los países anglosajones y recibe diferentes denominaciones, la más habitual es cremación directa o simple (direct cremation).

Somos conscientes de la cuestión ecológica de la cremación. Sobre la misma ya nos hemos definido, pero la cremación directa aporta aspectos vivenciales que creemos de gran interés divulgar.

Cremación sin funeral

Cremación ‘low cost’

Una cremación directa es un servicio completo y sencillo que se organiza directamente por teléfono. Generalmente sin la necesidad de visitar los despachos funerarios. Evita la ceremonia o los servicios asociados a un funeral convencional. El servicio funerario de cremación directa se concreta en la gestión del cuerpo difunto transportándolo desde el lugar del deceso ( domicilio,  hospital, etc.).

Es trasladado al crematorio donde se programará la cremación y tras esta se entregarán las cenizas a la familia. En este servicio no habrá ningún alquiler de sala ni traslados públicos.  No hay visualización del cortejo fúnebre, ni velatorio, ni arreglos florales, etc. y lógicamente se evitan los ataúdes tradicionales.

Este servicio claramente low cost actualmente se ofrece sólo, en el Reino Unido y otros países anglosajones como Canadá, Australia y EE.UU. Suele costar entre los 700 euros hasta poco algo más de mil euros.

En nuestro país no se ofrece, pero una funeraria no la puede negar si el cliente lo solicita (otro tema es el precio que establezca, sin embargo, el precio de la cremación está habitualmente determinado por una tasa municipal).

Legalidad de la cremación directa

Evidentemente, ofrece un precio justo por los servicios más «legales» del complejo proceso de gestionar un fallecimiento. Muchas personas desean realizar sus propias ceremonias. Así pueden reunir a todos los que desean asistir en un lugar específico y en un momento determinado.

La cremación directa ofrece flexibilidad ya que se ocupa de lo que realmente deben gestionar los profesionales del sector. Es perfecta para aquellas personas que desean conmemorar a su ser querido a su manera sin seguir las pautas de los estándares funerarios actuales.

Se trata pues de un servicio funerario simplificado que no asume los costes de la ceremonia. Simplemente los de la gestión legal del cuerpo del fallecido con el tratamiento de cremación.

En términos contractuales se incluyen los honorarios profesionales como: la coordinación de servicios, la tramitación de los documentos legales, el transporte del fallecido desde su domicilio, el ataúd de cremación, las tasas de la cremación y la devolución de las cenizas del difunto. La urna

. se entrega en el domicilio de los allegados al difunto.

Criterios Ecológicos

Algunas de las empresas especializadas en este servicio además añaden la garantía de un trato de excelencia del cuerpo del fallecido con criterios ecológicos tanto en la preparación del mismo como en la tipología del ataúd que se ha escogido para la cremación.

A parte de la cuestión económica, también hay una cuestión ecológica.  Facilitar la cremación en el sentido de consumir la mínima energía y lógicamente minimizar las emisiones. Para estos servicios de cremación directa la ecología es importante.

Por ello habitualmente el cuerpo se envuelve en una mortaja de fibra textil vegetal y el ataúd es de cartón, fibras vegetales o incluso madera certificada de baja densidad.

Un deceso siempre nos pilla desprevenidos.  Las empresas funerarias cumplen a esta imprevisión del servicio. El valor de un funeral convencional se centra en el pack de servicios y productos más que en la experiencia o ceremonia.

Por este motivo el coste de un funeral convencional se lo lleva el ataúd de exhibición, el alquiler del tanatorio, los arreglos florales, etc. La cremación directa es otra manera posible de afrontar una tranquila ceremonia funeraria.

Ventajas de la cremación directa

Centrada en la gestión profesional del cuerpo difunto, cuidando del mismo desde que se queda sin vida y hasta terminada la cremación. Asume la gestión de los trámites necesarios que legalizan la defunción (certificados, análisis forenses, pago de tasas, etc.). La cremación directa cobra por lo básico, y asume que el resto se lo hace uno mismo.

La entrega de las cenizas del difunto se realiza entre las 48 horas posteriores hasta una semana más tarde como máximo, en una urna a los familiares. Es cierto que las costumbres han establecido que una «buena» ceremonia funeraria es con el cuerpo presente del fallecido.

Pero esto es una decisión a la que podemos optar o no según nuestras convicciones. En los países anglosajones la cremación directa está en auge pues organizar una fiesta de despedida, una ceremonia funeraria lúgubre o festiva lo que uno quiere, es algo que cualquier grupo de personas puede organizar.

Países con cremación directa

Existe este servicio comercial tanto en EEUU, Canadá, Australia o el Reino Unido.

La cremación directa se ha extendido porqué garantiza todo lo necesario para que de forma discreta y sin extras el coste de un deceso sea el mínimo. Además, ofrece la tranquilidad de que todo el proceso se lleva a cabo de forma legal, respetuosa y profesional por expertos funerarios de confianza.

Algunos clientes lo ven interesante por el precio. Pero la mayoría es porque las personas allegadas al fallecido pueden concentrar sus esfuerzos en preparar una ceremonia de despedida que sea acorde con sus creencias y sin prisas. Sin duda este aspecto es clave porque facilita el duelo.

Es una opción ecológica por muchos motivos. La cremación directa en primer lugar está evitando la «pompa» lujosa de los coches funerarios (ni que sean eléctricos). También los consumos energéticos asociados a las vigilias en establecimientos especializados. Y sobretodo permite una gestión energética más inteligente de los crematorios.

Cada persona puede, si quiere, planificar su propio funeral.  Por tanto puede hacer partícipe a sus seres queridos de algo básico como es una despedida. Algo que solo puede suceder una vez.

Precisamente para evitar la presión impuesta en un servicio funerario convencional por la gestión del cuerpo nace la cremación directa. Nos permite centrarnos en lo importante, la despedida del ser querido con nuestros tiempos de duelo.

Gestión bajo demanda

Uno de los principales problemas de los crematorios actuales es la gestión de las emisiones a la atmósfera. Otro es su baja rentabilidad, ya que operan de forma irracional en términos de gestión energética, bajo demanda.

El crematorio está listo para atender el cuerpo difunto tras la celebración de la ceremonia. Nadie ha dicho que tenga que ser así, pero se ha impulsado este procedimiento. En cambio, la cremación directa va asociada a la gestión energética inteligente de una instalación con hornos crematorios.

Así pues en los servicios funerarios convencionales la incineración se produce de forma inmediata o casi, tras la ceremonia funeraria. Esto obliga a las instalaciones a un sobre coste energético.

No es lo mismo programar una serie de cremaciones, que permiten que los hornos mantengan una temperatura de trabajo alta y por tanto trabajar con eficiencia energética. Que dejando espacios entre incineración, y que cada cremación deba volver a coger temperatura.

Lógicamente, los servicios funerarios en nuestro país no ofrecen la opción de la cremación directa. Por falta de demanda del público y porqué acostumbran a gestionar los servicios adicionales y que no son objeto de la cremación directa. En cualquier caso, la cremación digamos «exprés» no excluye en ningún caso la celebración de la ceremonia funeraria.

Cremación

Lo importante es la ceremonia de despedida

ceremonia de despedida

La cremación directa se basa en un planteamiento que, para integrarlo en nuestro país, requiere asumir un nuevo ideario personal. Lo importante es la ceremonia de despedida y no la gestión legal del difunto, que es lo que uno mismo no puede realizar.

A pesar del mínimo tiempo legal entre el fallecimiento y la gestión del cuerpo difunto, la ley no obliga a pasar por todo el proceso funerario (vigilia en un tanatorio, reserva de sala o capilla, arreglos florales, etc…). Por tanto, la cremación directa es posible legalmente, aunque por razones culturales se aprecia raro que se organice una ceremonia sin el cuerpo presente del difunto.

Es evidente que la mayor parte de las religiones valoran que en la ceremonia de despedida esté el cuerpo difunto. Pero también es cierto que cada vez más prelados religiosos (en el caso de la iglesia católica) admiten celebrar un oficio convencional adaptado. El objetivo es que en este se tenga un recuerdo del fallecido en el caso que por la razón que sea no está presente el cuerpo difunto.

La cremación directa deja libre a la familia para elegir y escoger con el tiempo que precise la preparación de su ceremonia funeraria según sus creencias.

Despedida sencilla

Sin duda, la cremación directa exige, en el caso de que el difunto o la familia quiera una despedida acorde a sus creencias religiosas negociar con los responsables de su creencia. Para los que quieran una ceremonia civil o laica, la cremación simple abriría un sin fin de posibilidades.

En los países anglosajones que se ofrece la cremación directa, los empresarios de pompas fúnebres reconocen que estas llegan a todas las escalas sociales. Tanto organizan cremaciones de este tipo para familias humildes que la tomaron por razones económicas. Como para personas importantes que lo que valoraron fueron los servicios funerarios complementarios relacionados con ofertar una experiencia singular en la ceremonia funeraria (organizar la misma en un castillo, en un bosque, etc.).

Lógicamente, el coste de la cremación directa puede variar según las áreas territoriales. Influye si en los trámites administrativos deben intervenir servicios forenses o de otro tipo. Incluso según la distancia entre el lugar de recogida del cuerpo del fallecido y el crematorio más próximo.

Optimización de los crematorios

Cenizas

En general, en los países que se ofrece la cremación directa, la empresa funeraria gestora del servicio no es la propietaria de instalaciones. Más bien dispone de acuerdos comerciales con las empresas funerarias para que la recogida, tratamiento y cremación. Esto permite una mayor eficiencia empresarial que es lo que permite bajar los costes.

La mayor parte de las empresas de cremación directa utilizan el crematorio más cercano al fallecido. Mientras que otras pueden estar inclinados a trabajar con una o más instalaciones regionales. Lo que se garantiza con el servicio de la cremación directa es la gestión del cuerpo del fallecido de acuerdo con la legislación funeraria vigente.

Algunas empresas incluso ofrecen conocer el horario e instalación en el que se ha programado la cremación.  Permitiendo la asistencia de familiares o amigos más allegados en el crematorio, si así lo desean.

En el Reino Unido hay empresas que son simplemente gestores de la cremación. Otras en cambio también asesoran sobre los aspectos organizativos de la celebración del funeral. En estos países hay asociaciones empresariales que avalan un código de buenas prácticas y estándares auditados de las empresas asociadas a la cremación directa (1) (2) (3).

La mayoría de los proveedores de cremación directa exigen el pago por adelantado. También hay muchas de ellas que disponen de las programaciones de las instalaciones crematorias para dar transparencia al proceso.

Elegir una cremación directa sin duda simplifica lo que puede verse como una opción menos dura del proceso de gestión del funeral. Pero sobretodo abre las opciones para una menor presión y organizar un adiós más sentido.

Crematorios con recuperación de calor

En un crematorio el poder incinerar los ataúdes con sus difuntos conlleva un importante gasto energético en combustibles fósiles para alcanzar temperaturas de máximo 1.100 ºC. Por razones del tabú vinculado a la muerte hay pocos casos que se aproveche ese calor residual. Pero no hay razones ni morales ni ambientales para no aprovecharlo para aplicaciones de tipo district heating o calefacción central de barrio.

La cremación de restos humanos puede liberar tóxicos, como el mercurio de los empastes dentales, dioxinas y otros, por lo que  la filtración de los gases residuales es extremadamente importante.

Para poder descontaminar eficazmente los gases emitidos, hay que enfriar los gases de la combustión  desde aproximadamente 1000 °C hasta menos de 150 °C. Para ello hay una importante labor de recuperación de este calor.

Este puede desecharse o bien servir para calentar primero las propias instalaciones del crematorio. Y luego alimentar el sistema de calefacción público ahorrando costos, minimizar el consumo de de agua y lógicamente ahorrar emisiones.

Ejemplos eficientes

Hay varias instalaciones que se han adaptado para esta función. Una de las primeras fue el crematorio de Estocolmo (1), con una tasa de servicios anuales de cremación de entre 3.500 hasta 4.000 difuntos. En 2003 se diseñó la instalación para que pudiera aportar calor a más de 65 ºC al sistema de calefacción del barrio cercano.

La iniciativa fue seguida por la ciudad de Halmstad, quien también adaptó su crematorio para verter el calor residual a la red de calefacción. La instalación funeraria con recuperación de calor contó con la aprobación de los lugareños, una ciudad de 55.000 habitantes e inició su operatividad en 2010.

Aproximadamente 7.000 personas mueren en Copenhague cada año y el 98 % elige la cremación. El calor que se libera durante el proceso de cremación se usa para calentar las instalaciones en el sitio como es el caso del Bispebjerg Crematorium de aquella ciudad (2).  Para ello se ha conectado el sistema de refrigeración de la instalación de filtros al tanque existente para el almacenamiento de calor lo que supone un ahorro de 30.000 euros al año a la ciudad de Copenhague.

Debate ético

Sin embargo, para llegar a esta opción, en Dinamarca, el parlamento convocó a un consejo de ética para discutir si podría considerarse un tratamiento irrespetuoso de los cadáveres. ¿És ético usar el calor empleado para quemarlos y recuperarlo para ahorrar energía? Al final, dictaminaron que era de hecho ético.

Ahora varios crematorios en Dinamarca como el mencionado emplean su exceso de calor para ahorra energía en las instalaciones de calefacción de áreas circundantes. En otros países, como Estados Unidos, hay un veto ético a esta opción

En el Reino Unido, el crematorio de Redditch (3) puso en marcha que esta instalación  que utiliza el calor residual para calentará el agua y canalizar esta energía calorífica a un centro recreativo cercano y calentar la instalación y su piscina, lo que ahorrará aproximadamente un 40 % en la factura de gas, unas 14.000 libras en costos de calefacción.

Sin duda, este tipo de iniciativas hacen la incineración más ecológica, pero también es cierto que requiere de un cambio de mentalidad. En España donde sólo hay un 2 % de los crematorios que tengan filtros de gases podrían adaptarse para esta aplicación complementaria.

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