Pocas imágenes sirven para transmitir tantos y tan diversos sentimientos como las flores. Y es que, según el contexto, el significado de las flores puede cambiar radicalmente. A partir de esta ambigüedad nace la semilla de “Loreak” (“flores”, en vasco). De hecho, unas flores depositadas en la cuneta de la carretera y la canción de Cecilia “Un ramito de violetas”, que hablaba de una mujer que empieza a recibir flores de un anónimo, fueron suficientes para poner en marcha todo el mecanismo creativo que ha confluido en la consecución de esta película.
Según los directores del film, las flores en la carretera se han convertido en una imagen icónica y transmisora de sentimientos como la tristeza, pero sobretodo de la necesidad de rebelarse contra el olvido. Sin embargo, del mismo modo que existe en algunos la necesidad de luchar contra el olvido, existe en otros la necesidad de olvidar lo antes posible, creyendo que con ello también se entierra el dolor.
La historia gira en torno a de tres mujeres: Lourdes, quien quiere olvidar a su marido fallecido; Tere, una madre que lucha por recordar a su hijo, y Anne, quien pese a llorar la muerte de alguien no tiene qué recordar ni qué olvidar, por lo que necesita crear recuerdos para dar sentido a su vida. Las tres mujeres se encuentran separadas y unidas por la muerte de Beñat. Lourdes es su mujer, Tere es su madre y Anne es la hija de Tere y cuñada de Lourdes. Durante la película, las flores constituirán el hilo conductor de la trama.
“Loreak” es, en palabras de los directores, “una película que, mediante giros llenos de suspense, construye una trama que hace que reflexionemos sobre la memoria, el amor y, en definitiva, la vida y los sentimientos”.
La película ha sido galardonada en diversos certámenes. Recibió el premio a la mejor película española en los Premios Sant Jordi y obtuvo el Premio de Cine Latino en el Festival Internacional de Palm Springs.