Esparcir las cenizas en la naturaleza

Esparcir las cenizas de un familiar difunto en el mar o el bosque es una práctica muy habitual, aunque no siempre se hace de manera respetuosa con el medio ambiente. Hoy te explicamos cómo esparcir las cenizas en la naturaleza de manera ecológica.

Decir el último adiós a un familiar querido con una ceremonia en plena naturaleza es un acto muy común. Es un nuevo concepto para rememorar a la persona querida, que se disuelve literalmente en algún paisaje amado por él o los familiares. Esta práctica suele realizarse sin tener en cuenta el impacto natural que representa y, por lo tanto, utilizando métodos poco respetuosos con el medio ambiente, como la utilización de urnas no biodegradables. Aun así, esparcir las cenizas en la naturaleza de manera ecológica es posible. Te explicamos cómo esparcir las cenizas de un modo sostenible.

Esparcir las cenizas en la naturaleza de manera ecológica: ¿cómo podemos hacerlo?

esparcir las cenizas

Para esparcir las cenizas en la naturaleza de manera ecológica debes tener en cuenta varios factores, desde la urna en la que están depositadas las cenizas hasta el espacio escogido para llevar a cabo la ceremonia.

Asegurarnos que el crematorio cumple con la normativa

Para que las cenizas resultantes de una cremación estén 100% libres de tóxicos debemos asegurarnos de que el crematorio cumple con las normativas. Desde la Fundación Tierra ponen a disposición la certificación ambiental funeraria SFE 07-02 para garantizar una cremación ecológica.

También es importante que los ataúdes que se queman sean certificados con una ecoetiqueta. En España, por ejemplo, existen dos empresas que fabrican ataúdes de cartón especialmente pensados para la incineración: Restgreen y DEC.

Además, en el interior del ataúd en ningún caso deben dejar recuerdos como fotos, placas, velas, etc. que al quemarse resultarían en cenizas tóxicas.

Las cenizas que cumplen esas condiciones no representan ningún problema para el medioambiente.

Esparcir cenizas en la naturaleza sin urna

Esparcir cenizas en la naturaleza sin urna no está regulado a nivel estatal, por lo tanto, a priori, puedes hacerlo. Aun así, ten en cuenta que existe alguna ordenanza municipal que lo regula en algunas comunidades autónomas concretas. Te recomendamos que, ante la duda, te informes sobre la legislación concreta de tu ciudad, provincia o comunidad sobre el tema.

Las urnas biodegradables, una opción natural y memorable

Si, por lo contrario, prefieres depositar las cenizas con una urna, también puedes hacerlo siempre que la urna sea biodegradable. Esparcir cenizas en la naturaleza con una urna no biodegradable es un acto incívico y altamente contaminante, puesto que estas urnas están fabricadas de materiales como el vidrio, la cerámica o el metal.

Las urnas biodegradables están fabricadas de arena, papel o sal. Se desintegran en la naturaleza y, por lo tanto, son la opción perfecta para una ceremonia sostenible.

De hecho, hay algunas urnas que contienen una semilla y, gracias al poder fertilizante de las cenizas, podrá crecer un árbol o planta. Una manera simbólica y memorable de generar vida a través de la muerte.

Los bosques de cenizas

Existen bosques de cenizas donde podrás llevar a cabo una ceremonia para depositar las cenizas de un familiar difunto.

Un ejemplo de estos bosques es el bosque de cenizas de Sant Tomàs de Fluvià (Girona). Es un finca de 6 hectáreas de bosque situada en una colina del Alt Empordà. Este bosque es el primer cementerio legal para deposición de cenizas humanas y permite planificar la despedida de un ser querido y depositar sus cenizas. Un paisaje natural que familiares y amigos podrán recordar para siempre.

Esparcir las cenizas en el mar

También, si lo prefieres, existe la opción de esparcir las cenizas en el mar de forma legal. Se puede hacer con una urna biodegradable y con el debido permiso. Ten en cuenta que se debe llevar a cabo a través de entidades que estén autorizadas, a más de 3 millas de la costa.

Esparcir las cenizas en la naturaleza de forma no ecológica: un auténtico problema

Esparcir las cenizas en la naturaleza sin tener en cuenta el medio ambiente es un problema grave que está llenando nuestro entorno de material contaminante.

Habitualmente, como hemos comentado antes, se depositan urnas hechas de metal, cerámica, plástico o madera en plena naturaleza, lo que representa un residuo contaminante.

El fondo marino lleno de urnas

En Barcelona se retiraron, en 2004, más de 600 urnas metálicas del fondo marino. También pasa en otras ciudades con espacios emblemáticos como el río Guadalquivir, en Sevilla, donde llegaron a retirar tres urnas diarias del fondo del río.

En otros espacios naturales, cercanos a lugares simbólicos, la acumulación de urnas llevó a los ayuntamientos a dictar ordenanzas que prohibieran, e incluso multaran, a los que depositaran urnas cinerarias en espacios naturales.

esparcir las cenizas

¿Son tóxicas las cenizas?

Hay una leyenda urbana que dice que las cenizas son tóxicas. La realidad es que este mito existe porque se han asociado las cenizas al proceso de cremación, que puede ser tóxico.

Para que este proceso no sea tóxico las funerarias deben cumplir con las directrices europeas de emisiones. Aun así, cabe recalcar que actualmente en España hay muchas funerarias que no cumplen con dichas normativas y, por lo tanto, las cenizas resultantes sí que pueden ser contaminantes.

Si se han seguido las directrices europeas marcadas, las cenizas del difunto que se recogen y se entregan a los familiares están libres de sustancias tóxicas, puesto que se volatilizan por la elevada temperatura alcanzada en el horno. Las sustancias tóxicas tales como dioxinas, furanos o mercurio quedan atrapadas por los filtros de los hornos crematorios. Pero para ello un horno crematorio debe cumplir con la estricta normativa ambiental europea y actualmente no siempre es el caso en España.

Los ataúdes, parte del problema

Buena parte de los gases tóxicos que pueden desprenderse durante la cremación provienen de ataúdes no certificados que contienen barnices y tejidos con materiales tóxicos. Para evitarlo es necesario escoger ataúdes de madera certificados que dispongan de una ecoetiqueta.

Utilizar urnas biodegradables

Esparcir las cenizas en la naturaleza

Esparcir cenizas en la naturaleza sin urna no está regulado por ninguna norma legal (aunque hay una fuerte presión del sector para que no se les escape el negocio). Existe alguna ordenanza municipal que regula el tema y hay que conocer la legislación autonómica sobre el tema.

No hay obligatoriedad de depositarlas o inhumarlas en un cementerio, salvo que las normas autonómicas indiquen lo contrario. El sector funerario presiona para que deban depositarse en cementerios y pagando, la Iglesia católica también argumenta que las cenizas no reposen en la naturaleza sino en los lugares consagrados. Lo que si que es evidente es que abandonar una urna cineraria no biodegradable es una acto incívico como lo es abandonar basura en la naturaleza.

En síntesis, no hay una limitación legal al respecto. Si dispersamos las cenizas en el medio natural, que sea sin la urna cineraria, excepto que esta sea biodegradable (de arena, papel o sal). Si es de cualquier otro material la urna debe depositarse como un residuo a parte de las cenizas.

¿Qué contienen las cenizas humanas?

Las cenizas son ya un material inerte compuesto tan sólo de celulosa, taninos, sales de calcio y potasio, carbonatos y fosfatos entre otros componentes inertes (2).  Las cenizas funerarias, como cuando quemamos madera pura, pueden ser un fertilizante magnífico para el mantillo edáfico del suelo o incluso en el medio acuático a no ser que fueran espacios de deposición intensiva de cenizas. El poder fertilizante de las cenizas funerarias queda patente en las urnas cinerarias biodegradables que incorporan una semilla de la que podrá crecer un árbol o planta y aprovechar la riqueza de nutrientes de las cenizas del fallecido.

La leyenda urbana de que las cenizas son tóxicas

La leyenda urbana de que las cenizas de cremación son tóxicas es porque se ha asociado al proceso de las emisiones tóxicas que liberan los hornos crematorios (insistimos que la mayoría en España no cumplen con las directrices europeas de emisiones). Pero son cosas diferentes. Buena parte de los gases tóxicos que pueden desprenderse durante la cremación provienen de ataúdes no certificados que contienen barnices y tejidos con materiales tóxicos. (Ver los ataúdes de madera certificados con una ecoetiqueta que se fabrican en España ).

Las cenizas del difunto que se recogen y se entregan a los familiares están libres de todas aquellas sustancias tóxicas posibles puesto que se volatilizan por la elevada temperatura alcanzada en el horno. En definitiva, sustancias tóxicas tales como dioxinas, furanos, mercurio y otras deberían ser atrapadas por los filtros de los hornos crematorios. Pero para ello un horno crematorio debe cumplir con la estricta normativa ambiental europea que por ahora en España no es el caso.

esparcir las cenizas

Dos ejemplos de ataúdes de cartón pensados para la incineración fabricados en España. El de la izquierda está fabricado por Restgreen y el de la derecha el ataúd fabricado por la empresa DEC. Ambas empresas, aunque con diferentes criterios en la calidad de sus productos, tienen serios problemas para comercializar estos productos ecológicos que son ideales para la cremación.

Cuando nuestro último aliento de vida nos deje sería un último acto de amor dar instrucciones a nuestros allegados para que si optamos por la cremación nuestras cenizas se quemen con los criterios de la certificación ambiental funeraria SFE 07-02, y en ningún caso que dejen recuerdos (fotos, placas, velas, etc.) en la naturaleza llena de vida.

Articulos relacionados

También te puede interesar...